domingo, 6 de abril de 2008

Un negocio made in Colombia

“Un negocio made in Colombia” es el título que le da Alberto Salcedo Ramos, reconocido periodista Colombiano, a su artículo publicado en la revista El Clavo. En su reportaje Salcedo relata como Colombia se ha vuelto un país donde se ven las formas mas insólitas de empleo como lo es la venta callejera de minutos de telefonía celular.
Mediante una humorística critica, Salcedo narra la dura realidad de un país subdesarrollado como Colombia, en su intención por acabar con la venta informal y la piratería. Un final feliz cada vez más lejano. La falta de empleo y cultura, están convirtiendo cada vez más al país en un recinto de venta informal de minutos de celular, que, aunque para muchos extranjeros es algo anormal, para los colombianos ya hace parte del paisaje actual.

En Colombia se puede encontrar todo tipo de venta informal, pero la que actualmente causa furor en los trabajadores informales es la reventa de minutos de telefonía celular. Estos trabajadores se pueden encontrar en cualquier esquina, portando, además de su ropa habitual, chalecos o cartones que informan el valor del minuto y los diferentes combos que realizan. La causa de estas famosas actividades se debe al rebusque, que por la falta de oportunidades de empleo, muchas personas deben hacer cada día.
“La venta callejera de minutos de telefonía móvil fue ilegal desde sus orígenes, en 1995, hasta septiembre de 2006.” [1]Aunque esto es así, el tema todavía genera rechazo en la sociedad.
El tiempo en el cual la reventa de minutos era ilegal, la policía realizaba operativos para combatir lo que la ley consideraba como delito. Debido a esto, los trabajadores informales afectados interpusieron acciones judiciales invocando el derecho al trabajo, los cuales fueron acogidos por la comisión sexta del senado de la república pues el estado no tenía más alternativas para “las 500 mil personas que a lo largo del territorio nacional se dedican a esta actividad”[2]. Sin embargo en el país, este tipo de trabajo no está bien acogido, pues invade el espacio público y se cree que el negocio esta manejado por “poderosas mafias que se mantienen en la clandestinidad y que cada día libran violentas batallas por el control de los lugares donde funcionan los puntos de venta”[3]. Pero el bien común prevalece sobre los intereses individuales y aunque las empresas operadoras estaban en contra de ello, terminaron aceptándolo pues lo necesitan para aumentar su número de consumidores.
Colombia es un país con altos niveles de corrupción gubernamental, pobreza y falta de cultura, por lo tanto es muy difícil erradicar la venta informal.
Es desilusionante ver como cada vez que se cree que el país está progresando, la dura realidad nos golpea y nos muestra que en verdad cada vez el país se está volviendo más corrupto, con más pobreza y violencia. El hecho de que exista la venta ambulante a montón, no quiere decir que aquello sea normal, no podemos ver a los trabajadores informales como parte del paisaje, hay que verlos como parte de la sociedad, para poder destapar las mentiras y la injusticia del país, que por la ambición de personas poderosas que cada día quieren ser más poderosas, todavía no se ha podido solucionar.

En su reportaje, Alberto Salcedo Ramos logra captar con humor la atención del lector para informarlo de los problemas que, aunque para muchos parecen normales, tienen muy mal al país. Creo que el periodista cumplió su objetivo pues hace reflexionar al lector lo que está pasando, para que empiece a actuar frente a la situación.

[1] Tomado como referencia de Un negocio made in Colombia por Alberto Salcedo Ramos
[2] Tomado como referencia de Un negocio made in Colombia por Alberto Salcedo Ramos
[3] Tomado como referencia de Un negocio made in Colombia por Alberto Salcedo Ramos

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