lunes, 7 de abril de 2008

Mincomunicaciones denuncia que los celulares robados son utilizados para la reventa de minutos en la calle

El articulo “Mincomunicaciones denuncia que los celulares robados son utilizados para la reventa de minutos en la calle”, subido por CARACOL radio en su página web, informa a la sociedad Colombiana sobre el llamado que hizo la ministra de comunicaciones, María del Rosario Guerra, a las empresas de telefonía móvil para que cumplan con la norma de reportar a las autoridades y bloquear los aparatos que han sido robados o extraviados.

“La Asociación de Operadores de Telefonía Celular, Asocel, divulgó cifras que dan cuenta de más de un millón y medio de celulares robados al año.” En el artículo, la ministra asocia la reventa de minutos de telefonía celular con el alto robo de celulares en el año 2007, por lo que pide a las empresas como Comcel, Movistar y Tigo controlar los planes corporativos que ofrecen, ya que el tema se está convirtiendo en un problema de orden público.
Las acciones que indican que los planes corporativos están siendo utilizados para la venta informal, es el consumo de minutos mensuales de cada usuario el cual, en algunos casos, llega a diez mil. Por ello la ministra de comunicaciones considera que estos actos son una competencia desleal para las cabinas o los café internet que trabajan legalmente, y por ello necesita una pronta solución.
La venta informal de minutos de telefonía celular es un tema muy importante, pues genera pérdidas a aquellas personas que tienen negocios de cabinas, y también genera problemas a las empresas de telefonía móvil ya que estas deben bloquear miles de celulares al año, y son sancionadas por estas acciones ilegales por parte de otros.


El articulo de CARACOL radio, aunque corto, logra informar de forma resumida y clara algunos problemas en el ámbito económico que afectan a la sociedad colombiana y las soluciones que se le deberían dar, como lo es el bloqueo de estos celulares.
Aunque la reventa callejera de minutos a celular este legalizada, todavía sigue siendo un problema para los negocios formales.

Bibliografía: http://www.caracol.com.co/noticias/399365.asp?id=399365

domingo, 6 de abril de 2008

Un negocio made in Colombia

“Un negocio made in Colombia” es el título que le da Alberto Salcedo Ramos, reconocido periodista Colombiano, a su artículo publicado en la revista El Clavo. En su reportaje Salcedo relata como Colombia se ha vuelto un país donde se ven las formas mas insólitas de empleo como lo es la venta callejera de minutos de telefonía celular.
Mediante una humorística critica, Salcedo narra la dura realidad de un país subdesarrollado como Colombia, en su intención por acabar con la venta informal y la piratería. Un final feliz cada vez más lejano. La falta de empleo y cultura, están convirtiendo cada vez más al país en un recinto de venta informal de minutos de celular, que, aunque para muchos extranjeros es algo anormal, para los colombianos ya hace parte del paisaje actual.

En Colombia se puede encontrar todo tipo de venta informal, pero la que actualmente causa furor en los trabajadores informales es la reventa de minutos de telefonía celular. Estos trabajadores se pueden encontrar en cualquier esquina, portando, además de su ropa habitual, chalecos o cartones que informan el valor del minuto y los diferentes combos que realizan. La causa de estas famosas actividades se debe al rebusque, que por la falta de oportunidades de empleo, muchas personas deben hacer cada día.
“La venta callejera de minutos de telefonía móvil fue ilegal desde sus orígenes, en 1995, hasta septiembre de 2006.” [1]Aunque esto es así, el tema todavía genera rechazo en la sociedad.
El tiempo en el cual la reventa de minutos era ilegal, la policía realizaba operativos para combatir lo que la ley consideraba como delito. Debido a esto, los trabajadores informales afectados interpusieron acciones judiciales invocando el derecho al trabajo, los cuales fueron acogidos por la comisión sexta del senado de la república pues el estado no tenía más alternativas para “las 500 mil personas que a lo largo del territorio nacional se dedican a esta actividad”[2]. Sin embargo en el país, este tipo de trabajo no está bien acogido, pues invade el espacio público y se cree que el negocio esta manejado por “poderosas mafias que se mantienen en la clandestinidad y que cada día libran violentas batallas por el control de los lugares donde funcionan los puntos de venta”[3]. Pero el bien común prevalece sobre los intereses individuales y aunque las empresas operadoras estaban en contra de ello, terminaron aceptándolo pues lo necesitan para aumentar su número de consumidores.
Colombia es un país con altos niveles de corrupción gubernamental, pobreza y falta de cultura, por lo tanto es muy difícil erradicar la venta informal.
Es desilusionante ver como cada vez que se cree que el país está progresando, la dura realidad nos golpea y nos muestra que en verdad cada vez el país se está volviendo más corrupto, con más pobreza y violencia. El hecho de que exista la venta ambulante a montón, no quiere decir que aquello sea normal, no podemos ver a los trabajadores informales como parte del paisaje, hay que verlos como parte de la sociedad, para poder destapar las mentiras y la injusticia del país, que por la ambición de personas poderosas que cada día quieren ser más poderosas, todavía no se ha podido solucionar.

En su reportaje, Alberto Salcedo Ramos logra captar con humor la atención del lector para informarlo de los problemas que, aunque para muchos parecen normales, tienen muy mal al país. Creo que el periodista cumplió su objetivo pues hace reflexionar al lector lo que está pasando, para que empiece a actuar frente a la situación.

[1] Tomado como referencia de Un negocio made in Colombia por Alberto Salcedo Ramos
[2] Tomado como referencia de Un negocio made in Colombia por Alberto Salcedo Ramos
[3] Tomado como referencia de Un negocio made in Colombia por Alberto Salcedo Ramos

sábado, 5 de abril de 2008

Venta de minutos “timbra” a todos.

El diario el país, en su página web subió un reportaje llamado venta de minutos “timbra” a todos. En este articulo se describe el enfrentamiento de informales y distribuidores a consecuencia de la posible legalización de la venta callejera de minutos por celular.
El diario el país expone por medio de testimonios los diferentes puntos de vista tanto de distribuidores como vendedores informales, cuáles son los problemas a los que se afrontan los distribuidores con las ventas informales de minutos y que implicaciones traería a los vendedores informales la no legalización de esta venta callejera.

“La reventa de minutos se volvió un negocio masivo, una guerra del centavo porque la gente decidió vender minutos incluso en sus propias casas.”[1] Es la frase que Fabián Moya Rojas, -gerente regional de Singularcom en Cali, una distribuidora de servicios de telefonía celular -, utiliza para expresar lo que en los últimos años ha ocurrido, trayendo consecuencias a la empresa donde trabaja. Los inconvenientes que tienen son muchos; como por ejemplo las sanciones que les imponen, como el descuento de la comisión, por líneas que son catalogadas como fraude por su mal manejo y la pérdida de plata por la reducción en la venta de tarjetas de minutos “porque la gente prefiere llamar en la calle que comprar una tarjeta o los planes postpago que son los que dejan rentabilidad”[2].
Frente al problema Fabián Moya Rojas, tiene esperanzas de que la situación se pueda mejorar si se ejerce un control frente al tema, como lo es el tener una infraestructura montada con cabinas y una persona jurídica registrada.
Por otra parte, los vendedores informales de minutos aseguran que es su opción laboral. Guillermo Cano Palomino, vendedor informal de minutos por celular afirma que se dedico a vender minutos en celular “porque vi en esto la posibilidad de ganarme unos pesos para desayunar, almorzar y comer, porque estoy desempleado y con esta abundancia de escasez, cualquier trabajo es bueno”[3].
Guillermo Cano asegura que el negocio no es ilegal, que es un modo de subsistir y que ni siquiera es dueño del plan.
Cree que la razón por la cual se quiere reglamentar la venta de minutos es por la alta demanda de llamadas por celular en la calle y expresa su oposición a la no legalización de la venta callejera ya que piensa que el negocio bien manejado también trae también buenos resultados a los distribuidores al comprarle planes de minutos a estos. Si a los vendedores ambulantes no se les permite la venta callejera de minutos no se les daría una oportunidad de empleo y así como lo dice Guillermo cano, solo se querría que “el rico sea más rico y el pobre más pobre.”[4]
Frente a este tema, las dos partes del problema son perjudicadas, pues esto a los distribuidores de servicios de telefonía celular les genera pérdidas, y a los vendedores informales se les quita la única oportunidad de empleo que tendrían para salir adelante.

El reportaje del diario el país da una parte de toda la problemática generada del tema, pues lo hace particularmente al exponer las opiniones de dos personas que viven la situación. Con ello, saca a relucir problemas que antes no se habían informado o que no se conocían, como las sanciones generadas a empresas de telefonía celular. Además también muestra la dura realidad del desempleo, y la venta ambulante como la única opción de salir de la desesperación para poder subsistir.

[1] Tomado como referencia de el articulo Venta de minutos “timbra” a todos por el diario el País.
[2] Tomado como referencia de el articulo Venta de minutos “timbra” a todos por el diario el País
[3] Tomado como referencia de el articulo Venta de minutos “timbra” a todos por el diario el País
[4] Tomado como referencia de el articulo Venta de minutos “timbra” a todos por el diario el País